Optimizar compras y negociar con proveedores no es solo cuestión de ahorro. Con una estrategia de gestión de categorías bien diseñada, podés mejorar procesos, minimizar riesgos y darle un impulso estratégico a tu empresa. Acá te contamos cómo hacerlo.
¿Estás buscando formas de mejorar los procesos de compra y optimizar costos en tu organización? Si sos CFO o gerente de finanzas, sabés que las compras no son simplemente una transacción; son una oportunidad estratégica. La gestión de categorías es una herramienta que puede ayudarte a agrupar productos o servicios similares, definir estrategias específicas y maximizar el valor de cada peso que gastás.
Acá te dejo algunas claves prácticas para que comiences a implementar esta estrategia y logres resultados tangibles.
1. Ordená el caos: empezá por analizar tu gasto
Antes de implementar cualquier cambio, el primer paso es entender a dónde va tu dinero. Realizá un análisis detallado del gasto en adquisiciones y agrupá productos o servicios por categorías, como “mantenimiento”, “IT”, “materias primas”, o lo que sea relevante para tu industria. Esto te ayudará a tener una visión más clara y descubrir oportunidades ocultas de ahorro o eficiencia.
Por ejemplo, ¿sabías que consolidar proveedores dentro de una categoría puede darte poder de negociación y reducir costos logísticos?
2. Definí prioridades y alinealas con los objetivos del negocio
Cada categoría tiene un impacto diferente en la operación. Por eso, priorizá aquellas que sean estratégicas para tu negocio. En la industria manufacturera, por ejemplo, las materias primas tendrán mayor relevancia, mientras que en retail tal vez sean los costos logísticos o de distribución.
Preguntate: ¿Qué categorías impactan directamente en la calidad o en los tiempos de entrega? Empezá ahí, enfocándote en maximizar el valor.
3. Diseñá estrategias específicas para cada categoría
Cada categoría necesita un enfoque único. Una estrategia para “equipos de oficina” no será la misma que para “servicios de transporte”. Considerá factores como:
- ¿Cuánto pesa en tu presupuesto?
- ¿Qué tan críticos son esos productos o servicios para tu operación?
- ¿Cuánto margen de negociación existe con los proveedores?
Una vez identificados estos puntos, trabajá con tu equipo en un plan para cada categoría. Por ejemplo, renegociar contratos en categorías con alta competencia de proveedores podría ser más sencillo de lo que pensás.
4. Fomentá alianzas estratégicas con proveedores clave
La relación con tus proveedores puede ser mucho más que un intercambio de facturas. Identificá cuáles son los proveedores clave dentro de cada categoría y trabajá con ellos en acuerdos a largo plazo. Esto no solo puede traducirse en mejores precios, sino también en mejoras en calidad, plazos de entrega y soporte.
Pensalo así: un proveedor que te conoce bien puede ser un aliado estratégico para ayudarte a adaptarte a cambios en el mercado.
5. Medí, ajustá y volvete más ágil
La gestión de categorías no es un ejercicio que se hace una vez y se olvida. Establecé métricas claras para medir el éxito de cada categoría, como reducción de costos, cumplimiento de plazos o mejoras en la calidad. Revisá estos indicadores de forma regular y ajustá las estrategias según los resultados.
El mercado cambia constantemente, y una buena gestión de categorías es lo que te permite responder con rapidez y mantenerte competitivo.
Bonus: El rol del CFO como estratega
Implementar una estrategia de gestión de categorías no solo beneficia a tu equipo de compras. Como CFO, podés liderar este cambio y posicionarte como un socio estratégico dentro de la organización. Al mejorar los procesos de adquisiciones y alinear las decisiones con los objetivos financieros, estarás impactando directamente en la sostenibilidad y el crecimiento de tu empresa.